Para muchos gobiernos en los países del Sur, incluyendo el Gobierno de Nicaragua, la trata de personas es una preocupación seria y creciente. A escala mundial, la trata de personas es frecuentemente desencadenada por cambios en la economía global y disparidades económicas, tanto entre como dentro de los países. Las mujeres, seguidas de cerca por niñas, niños y adolescentes, constituyen la mayoría de las víctimas de la trata de personas. En este contexto, la trata de personas se considera como una de las formas de la violencia contra la mujer, una violación sistémica y sistemática de los derechos humanos que constituye un obstáculo grave al desarrollo económico, social y democrático en todos los países.
Para luchar contra la trata de personas las normativas a nivel internacional, regional y nacional son importantes, así como las políticas públicas de sensibilización, prevención, atención integral y reintegración económica de sobrevivientes de trata de personas.
En el pasado, la OIM ha dedicado sus esfuerzos en acompañar y fortalecer a las instituciones gubernamentales en la lucha contra la trata de personas, desde la Coalición Nacional contra la trata de personas, instancia de coordinación donde convergen instituciones de gobierno, sociedad civil y organismos internacionales. En este sentido, los ejes de trabajo están dirigidos a la prevención, protección y atención integral de los sobrevivientes de la trata de personas. En articulación con autoridades locales en municipios fronterizos, se ha acompañado a más de 120 familias en la reintegración social y económica de mujeres sobrevivientes de trata de personas y migrantes en situaciones de vulnerabilidad. Así por ejemplo solamente en 2012, la OIM asistió activamente a 13 víctimas de trata de personas. Además, como ejemplo del trabajo cabe mencionar que la OIM facilitó talleres sobre la Ley Integral contra la violencia hacia las mujeres (Ley 779).
Durante el último Plan Estratégico, la OIM facilitó varias talleres y capacitaciones a las Instituciones del Gobierno y la sociedad civil para reflexionar sobre mujeres en los flujos migratorios, y lanzó un curso virtual sobre la trata de personas para incrementar el conocimiento sobre diversos aspectos del mismo tema.
Poblaciones en condiciones de vulnerabilidad
Con el fin de lograr un desarrollo inclusivo y sostenible, hay una necesidad de atención especial a los grupos vulnerables de la sociedad. Nicaragua es un país multicultural y plurilingüe. La construcción de una sociedad pluricultural todavía es un desafío complejo, ya que para alcanzar un desarrollo inclusivo es necesario incluir a todos los distintos grupos étnicos. La Costa Caribe de Nicaragua, cubriendo casi el 50% de la superficie del país y mostrando las mayores variaciones étnicas, culturales y lingüísticas, representa una de las zonas más marginadas de Nicaragua. Es allí, donde se encuentran algunos de los municipios más pobres del país. Una de las problemáticas más graves que el segmento poblacional de la Costa Caribe sufre es el acceso a una alimentación adecuada, debido a dicha pobreza y fenómenos meteorológicos extremos en la región. En este contexto, cabe mencionar que es particularmente la población indígena y afrodescendiente que constituye un grupo con alta vulnerabilidad. En 2012, para abordar dicha problemática, la OIM inició un programa junto a Agencias del SNU en los territorios y comunidades indígenas del Alto Wangki – Bocay con el objetivo de reducir la inseguridad humana. Por consiguiente, en el marco del “Programa Conjunto – Reducción de la Inseguridad en el Alto Wangki – Bocay”, la OIM brinda asistencia en la prevención de la migración irregular, trata y tráfico ilícito de migrantes, violencia de género y facilita procesos para el empoderamiento de grupos de mujeres indígenas en producción, procesamiento y comercialización de productos de la zona.
La población con diversas identidades sexuales constituye otro grupo con alta vulnerabilidad en Nicaragua. Debido a una grave discriminación social, ese sector de la población nicaragüense se ve frecuentemente en la necesidad de emigrar. No solo la exclusión social, sino también la pobreza y la falta de oportunidades tienen mayor impacto en estas poblaciones en riesgo de migrar – debido a la discriminación asociada a su orientación sexual. Sin embargo, la emigración no necesariamente resuelve estos problemas sino que los puede aumentar en términos de riesgos de violencia sexual y explotación laboral. Además, en relación con esto, la reintegración de las poblaciones con diversas identidades sexuales también es un reto urgente, ya que en muchas ocasiones las causas fundamentales de la migración forzada, marcadas por mayores niveles de complejidad, prevalecen a su regreso.
En 2012, para hacer frente a las vulnerabilidades de las poblaciones migrantes de la diversidad sexual, se realizó el primer Foro sobre “Migrantes de la Diversidad Sexual en los flujos migratorios”, en cual participaron Instituciones del Gobierno y organizaciones de la Sociedad Civil.
Retorno Voluntario Asistido y Reintegración
La gestión del retorno de migrantes plantea un desafío significante. En este contexto, la OIM Nicaragua apoya el retorno de las personas migrantes nicaragüenses en condiciones de vulnerabilidad como una actividad permanente. En el marco del programa de “Retorno Voluntario Asistido y Reintegración” (AVRR), la OIM coordina y promueve acciones con las instituciones de los gobiernos correspondientes tanto a nivel nacional como local para el retorno asistido y la reintegración sostenible de los migrantes.
Referente a esto, se promueve la reinserción socioeconómica de los migrantes en situaciones de vulnerabilidad, dándole el apoyo para la creación de micro y pequeñas empresas para fortalecer la auto-sostenibilidad y evitar ciclos migratorios irregulares. Al prestar asistencia directa de cualquier naturaleza a un migrante que es objeto de trata u otra vulnerabilidad, el objetivo primordial de la OIM es la protección del beneficiario de esa asistencia, promoviendo una rehabilitación sostenible. Por consiguiente, los programas del AVRR son un medio útil en el ensayo de lograr ese objetivo. En el periodo 2000-2012, la OIM ha acompañado a 781 nicaragüenses a través de AVRR. Solamente en 2012, 72 familias migrantes fueron reintegradas en actividades económicas en sus comunidades de origen, y 21 nicaragüenses se acogieron a los programas de retorno voluntario.
Niños, Niñas y Adolescentes migrantes no acompañados
Aunque todas las personas migrantes se encuentran en una situación potencialmente vulnerable, los niños, niñas y adolescentes no acompañados constituyen un grupo de alta vulnerabilidad, expuestos a un mayor riesgo de abuso, explotación (principalmente sexual y laboral) y trata de personas.
El fenómeno de migrantes menores de edad no acompañados ha sido un tema creciente en Centroamérica, incluyendo – aunque en menor medida, el país de Nicaragua. A modo de ejemplo, el caso de las devoluciones de niños, niñas y adolescentes centroamericanos por las autoridades mexicanas muestra que el 5.1% de estos migrantes menores de edad es oriundo de Nicaragua.
Al considerar el fenómeno de los flujos sur-sur, representando la mayoría de los flujos migratorios desde Nicaragua, se puede aludir que la cantidad verdadera de niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados es ciertamente mayor. Debido a la vulnerabilidad de este grupo, se requieren políticas y acciones específicas y complementarias de los países de origen, tránsito y destino. Por este fin, en 2010, la OIM Nicaragua hizo un estudio con el objetivo de entender mejor al fenómeno de los niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados.